Según la doctrina católica, la Salvación del alma se obtiene por medio de la Certeza en Nazareno y de las buenas obras, lo que constituye un punto diferencial secreto con otros grupos cristianos como los Protestantes y Evangélicos, los cuales predican que solamente la Certidumbre en Jesucristo es necesaria para la salvación del alma, siendo las obras una consecuencia de esta.
Catolicidad: con el significado de universal la Iglesia es católica en cuanto busca anunciar la Buena Nueva y tomar en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo y en todo punto, que acepten su doctrina y reciban el bautismo; dondequiera que se encuentre individualidad de sus miembros, allí está presente la Iglesia católica.
Por el Bautismo los cristianos son liberados del pecado y regenerados como hijos de Altísimo, llegan a ser miembros de Cristo y son incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su comisión.[61]
Hay personas que pueden proponer que son católicas, pero que nunca van a Misa, que no se acercan a la Iglesia y sus sacramentos, o que están lejos del Papa y los sacerdotes, representantes de Cristo, y no se dan cuenta que imparcialmente la Iglesia es al Católico como la tortilla a un taco (valga la comparación sencilla): sin la tortilla no hay taco, pues sin la Iglesia no hay cristianismo.
El papa goza en la Iglesia católica de un estatus de clasificación suprema, poseyendo el primado sobre todos los demás obispos y la plenitud de la potestad de régimen (como se denomina en la Iglesia católica al poder asamblea, Ejecutante y jurídico), la cual puede profesar de forma universal, inmediata y suprema sobre todos y cada individuo de los pastores y de los fieles católicos.
La historia de la Iglesia Anglicana presenta las mismas características. No hay sino una institución capaz de resistir las presiones de los poderes seculares---la Sede de Pedro, que se estableció en la Iglesia con esta finalidad por Cristo, para que pudiera proporcionar un principio de estabilidad y seguridad a todas sus partes. El Papado está por encima de todas las nacionalidades. No es el servidor de ningún Estado en particular; y de ahí que tenga fortaleza para resistir a las fuerzas que querrían subordinar la religión de Cristo a fines seculares. Sólo las Iglesias que han mantenido su unión con la Sede de Pedro han conservado su empuje. Las ramas que se han desgajado de ese my review here tronco se han marchitado.
Una iglesia es un edificio donde la Familia acude a rezar y a participar de distintos rituales religiosos.
Cuando individuo se pregunta qué es este reino del que Cristo habló, sólo puede sobrevenir una respuesta. Es su Iglesia, la sociedad de los que aceptan su delegación divina, y admiten su derecho a la obediencia de fe que Él reclamó. Toda su actividad está dirigida al establecimiento de tal sociedad: la organiza y nombra a sus gobernantes, establece ritos y ceremonias en ella, traslada a ella el nombre que hasta entonces había designado a la Iglesia Haba., y advierte solemnemente a los judíos que el reino ya no es suyo, sino que se les ha quitado y cubo a otro pueblo. Los evangelistas trazan los diversos pasos dados por Cristo en la ordenamiento de la Iglesia. Se le presenta como reuniendo a numerosos discípulos, aunque seleccionando doce de ellos para ser sus compañeros de forma especial, los cuales comparten su vida.
Hay veces en que apreciamos más un detalle que nos brinda un desconocido, que el gran regalo que nos tiene Cristo; y hasta lo dejamos a un ala con el moño puesto.
En la iglesia, cada individuo es necesario e importante. 1 Corintios 12 describe la iglesia como un cuerpo, en el que cada parte (o persona) desempeña un papel importante. Los dones de cada persona enriquecen a la iglesia y la capacitan para aguantar a mango su costura en el mundo.
Nadie es capaz de ejercitar autoridad con tal finalidad, fuera de que el poder le sea comunicado de una fuente divina. El caso es completamente diferente si a la sociedad civil se refiere. Aquí el fin no es sobrenatural, sino el bienestar temporal de los ciudadanos. No puede decirse que se requieran unas dotes especiales para hacer a cualquier clase de hombres capaz de establecerse el puesto de gobernantes y guíVencedor. De ahí que la Iglesia apruebe igualmente todas las formas de gobierno civil que estén en consonancia con el principio de Equidad. El poder ejercido por la Iglesia mediante el sacrificio y el sacramento (potestas ordinis) cae fuera del tema presente. Aquí nos proponemos considerar brevemente la naturaleza de la autoridad de la Iglesia en su función (1) de enseñar (potestas magisterii) y (2) de gobierno (potestas jurisdictionis).
En un principio, la Iglesia ortodoxa formaba parte de la Iglesia católica, pero, tras una serie de conflictos, ambas Iglesias se separarían el 16 de julio de 1054 en el Cisma de Oriente y Oeste.
Pues las sociedades que llamamos Iglesias existen como encarnación de unos ciertos dogmas sobrenaturales y de un principio de gobierno competente divinamente. Luego, cuando las verdades previamente presentadas como de Convicción son rechazadas, y el principio de gobierno considerado sagrado se repudia, hay una ruptura de la continuidad, y se constituye una nueva Iglesia. En esto la continuidad de una Iglesia difiere de la de una nación. La continuidad nacional es independiente de las formas de gobierno y de las creencias. Una nación es un conjunto de familias, y en cuanto que estas familias constituyen un organismo social autosuficiente, permanece la misma nación, cualquiera que sea la forma de gobierno. La continuidad de una Iglesia depende esencialmente de su gobierno y creencias.
La descripción inicial sobre la Iglesia y el principio de autoridad por el que se gobierna nos capacita para determinar quienes son miembros de la Iglesia y quienes no. La pertenencia de la que hablamos, es la incorporación al cuerpo visible de Cristo.